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‘Learning by doing’, un «nuevo» modelo de aprendizaje con historia en los colegios mayores

‘Learning by doing’, un «nuevo» modelo de aprendizaje con historia en los colegios mayores

Enrique Mingorance, estudiante de Ingeniería Aeroespacial, recuerda la charla que el director del Colegio Mayor San Juan Bosco (Sevilla) le dio a él y a sus compañeros a su llegada al centro: “Nos aconsejó que debíamos aprovechar esta oportunidad. Que en la Universidad adquiriríamos muchos conocimientos teóricos y técnicos, pero que en el colegio mayor podríamos aprender habilidades tanto o más importantes para el desarrollo personal y profesional”.

 

Han pasado tres años y Enrique capitanea junto a otros tres colegiales   – Carlos Molina (Ingeniería de la Energía), Adolfo Castellanos (Ingeniería Industrial) y Augusto Romeo (ADE) – el Club de Emprendimiento de su colegio mayor: ellos deciden el programa y cada uno de sus módulos; ellos contactan con los ponentes; ellos tramitan con la Universidad de Sevilla la convalidación para que forme parte de los créditos oficiales de esta entidad; etc. Pero, sobre todo, ellos se equivocan y ellos aciertan. Y, así, aprenden en el proceso.

 

Enrique Mingorance, Carlos Molina, Adolfo Castellanos y Augusto Romeo, en el salón de actos del Colegio Mayor Universitario San Juan Bosco

 

“No nos enfocamos en generar un conocimiento puramente intelectual, sino en proporcionar espacios de experiencia que permitan desarrollar esas herramientas y aptitudes que los acompañarán a lo largo de sus vidas”, explica Miguel Ángel Álvarez, director del colegio mayor. Traducido a uno de esos conceptos tan populares hoy en día y cuyo anglicismo parece dotar de más empaque al significado: “learning by doing”, aprender en base a desafíos reales y concretos, y extraer enseñanzas extrapolables a otros contextos.

 

Aprender haciendo: un mindset para toda la vida

Si bien este es un modelo de aprendizaje relativamente reciente en cuanto a su aplicación en programas formativos de escuelas de negocio y prestigiosas universidades, los colegios mayores universitarios llevan décadas implantándolo: son los colegiales los que lideran las actividades de su centro y tienen que enfrentarse a las vicisitudes del contexto para llevarlas a buen término. Emprenden, como Enrique, Carlos, Adolfo y Augusto, un club de emprendimiento, pero también proyectos culturales –como el Aula de Circo del CMU Chaminade–, solidarios –como el del CMU La Asunción en Croacia y Portugal– o tecnológicos –como el de las impresoras 3D del CMU Aquinas y el club de electrónica del CMU Alcalá–, entre otras muchas disciplinas.

Son los colegiales los que lideran las actividades de su centro y tienen que enfrentarse a las vicisitudes del contexto para llevarlas a buen término.

 

Van incorporando un mindset que les permite aplicar esta experiencia a otros ámbitos de su vida, exactamente eso por lo que aboga uno de los precursores del learning by doing, Roger Schank: «Crear lugares que animan a los estudiantes a aprender a hacer cosas más que a saber cosas porque sí». “Para mí está siendo una escuela. Comprender que hay muchos factores que no dependen de nosotros y que hay que aprender a resolverlos de forma eficiente y eficaz. Aprender en definitiva a manejar la incertidumbre”, explica Enrique. Tal y como expone Carlos Molina, “existen buenas ideas, pero luego hay que hacerlas realidad. Y no sólo es importante analizarlas desde un punto de vista técnico, sino humano”.

 

Estos colegiales hablan también de pensamiento crítico, de resiliencia, de las virtudes del trabajo en equipo, de tener perfiles multidisciplinares en cada uno de ellos, todas reflexiones derivadas de su paso por este Club de Emprendimiento. “En mi grupo de trabajo estábamos 5 colegiales con bagajes muy distintos: dos ingenieros, un periodista, un estudiante de ADE y otros de Derecho… cada uno aportaba una visión diferente que complementaba y hacía crecer la idea original”, comenta Molina.

 

Si atendemos a las 10 habilidades blandas más demandadas en la actualidad, encontramos coincidencias entre el análisis que hacen estos colegiales sobre qué beneficios les está procurando esta experiencia y lo que los departamentos de recursos humanos buscan. Efectivamente, se mencionan resiliencia, pensamiento crítico, compromiso, flexibilidad (relacionada con la incertidumbre que menciona Enrique), trabajo en equipo, mentalidad de crecimiento o growth mindset, etc.

 

Ellos lo tienen claro. Y lo contrastan cada día con sus compañeros de universidad que no cuentan con este tipo de respaldo formativo que ofrece su colegio mayor: “Las soft skills son las que te van a permitir diferenciarte en el futuro, cuando salgamos al mercado laboral. La Universidad sigue teniendo una aproximación muy teórica al aprendizaje salvo en los créditos de libre configuración”, reconoce Mingorance.

 

Abrir horizontes desde el primer año de carrera

El emprendimiento es una arena estupenda sobre la que practicar cada una de ellas, pero también otras iniciativas que impulsan desde el colegio mayor, como el Club de Debate, el Curso en Derechos Humanos, las Olimpiadas de Ingenio, la Asamblea de Naciones Unidas… “Nuestro objetivo es abrir horizontes. Que no empiecen a pensar en el futuro en su último año de carrera, sino que, desde el comienzo, en los primeros años de universidad, se planteen metas y reflexionen sobre como alcanzarlas, sobre cómo resolver problemas colectivos. Que ellos sean los protagonistas de su propia historia”, asegura su director.

 

La pandemia supuso un reto para el Club de Emprendimiento, una oportunidad para resolver esos problemas. “No podían venir ponentes, porque estábamos confinados. Decidimos que cada colegial se preparase en profundidad uno de los temas del programa y lo impartiese al resto de colegiales del club”, rememora Enrique Mingorance. Así, la parte teórica corrió durante esos meses a cargo de ellos, estableciendo los fundamentos para los proyectos de fin de curso que tenían que presentar ante un jurado de expertos, esta vez sí, de forma presencial.

 

Una de las sesiones prácticas del Club de Emprendimiento del colegio mayor universitario San Juan Bosco

 

De ahí surgieron ideas de negocio interesantes: una plataforma que permite a los profesores subir contenidos formativos y cobrar en función de las visualizaciones; otra como Netflix, pero para emprendedores; una app para poder pagar en bares y no tener que esperar a la a veces muy tediosa cuenta… Pero también aciertos que, por ejemplo, han hecho de este club uno de los más populares del colegio mayor y, por supuesto, errores que están corrigiendo en esta edición.

 

Por ello, el que esos proyectos de fin de curso lleguen a cristilizarse no es, de momento, del todo relevante para su desarrollo personal y profesional. Pero sí el que adquieran competencias transversales, que interioricen ciertos valores, que descubran su propio potencial y su capacidad como agentes del cambio, que entiendan el proceso y el «know how» que se deriva de esta experiencia. Y eso es lo que les ofrece vivir en un colegio mayor.

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