¿Qué buscas?

Radiografía de la salud mental en la universidad española

Radiografía de la salud mental en la universidad española

  • De acuerdo con el Estudio sobre Salud y Bienestar Mental en el Estado Español, el 25% de las personas entre 18 y 24 años dice tener estados de depresión, el 70% estrés y el 9% ansiedad.
  • En el caso de la etapa universitaria, la presión por la exigencia académica, el nuevo entorno, los métodos de estudio diferentes, o la precariedad son algunos de los desafíos a los que se enfrenta el alumnado.

En los últimos años, la salud mental ha ido ganando relevancia en la agenda pública y es hoy una prioridad en las principales estrategias gubernamentales. Sin embargo, situaciones de crisis recientes como la pandemia de COVID-19 han dejado de manifiesto que el abordaje a esta cuestión es todavía uno de los principales retos a los que nos enfrentamos como sociedad y que aún queda un largo camino por recorrer. 

Diversos estudios muestran que uno de los grupos más afectados es el de los jóvenes adultos. De acuerdo con el Estudio sobre Salud y Bienestar Mental en el Estado Español, el 25% de las personas entre 18 y 24 años dice tener estados de depresión, el 70% estrés y el 9% ansiedad. Además, mientras que el 64% de la población general admite padecer episodios de ansiedad, estrés o depresión en España, entre las personas jóvenes este porcentaje asciende al 85%.

Y es que esta edad suele ser crítica, por la cantidad de transiciones vitales que se viven al dar el salto, por ejemplo, a la etapa universitaria. Es en este periodo cuando, además de continuar estudiando, se forja gran parte de nuestro desarrollo personal y emocional. Esto, junto a la incertidumbre o las dudas propias de la edad, puede dar lugar a alteraciones en el bienestar emocional de la persona

De ahí que el apoyo psicológico desde la universidad resulte clave para la salud mental de las próximas generaciones.

La ansiedad y la incertidumbre, principales problemas

Son varios los intentos que se han hecho desde distintas instituciones para tomar el pulso a la salud emocional en nuestras aulas universitarias. Cristina Larroy, catedrática y directora de la Clínica Universitaria de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid, destaca el piloto que se llevó cabo desde la AESPPU para determinar el nivel de salud mental de estudiantes y personal en algunas de las universidades asociadas que compartían una historia clínica parametrizada (un sistema de recogida de datos clínicos de los pacientes que acudían a los servicios). 

El estudio contó con la participación de las universidades de Almería, Málaga, Cádiz, Murcia, Complutense y UNED que, salvo ligeras diferencias, las afecciones de salud mental más prevalentes eran los trastornos de ansiedad, los del estado de ánimo y los del control de impulsos.

Además, Larroy también es Directora de Psicall-UCM, un servicio telemático gratuito y exclusivo para los estudiantes de la Complutense. Se trata de una iniciativa pionera prácticamente en el mundo, que nació en 2017 y en el que 6 becarios de alta especialización (psicólogos sanitarios, con al menos un master en psicología clínica y/o de emergencias) supervisan a a 24 operadores (alumnos de Máster supervisados que son quienes atienden las llamadas/correos). También cuenta con un equipo directivo y con servicios de apoyo informático y administrativo. 

Psicall-UCM es un servicio telemático gratuito y exclusivo para los estudiantes de la Complutense y una iniciativa pionera prácticamente en el mundo

Los estudiantes que lo necesiten podrán contactar con Psicall de lunes a domingo de 10 a 22 horas. En aquellas situaciones en que la asistencia telefónica o por email se considere insuficiente, se les deriva a la Clínica o a otros recursos. Independientemente de eso, la asistencia es siempre gratuita.

De acuerdo con los datos facilitados por su directora, en este servicio los motivos de consulta telefónica más habituales entre estos estudiantes han sido los relativos a ansiedad e incertidumbre (19,75%) y bajo estado de ánimo (15,02%), seguidos de problemas de pareja (7,87%), problemas académicos (6,81%), problemas familiares (5,92%), problemas interpersonales (5,48%) o ansiedad por exámenes (5,44%). En las interacciones por correo electrónico, los motivos de consulta son muy similares.

Queda patente que cuestiones compartidas como la exigencia académica, el nuevo entorno, o los métodos de estudio y trabajo diferentes, y otras más concretas, como la precariedad, la necesidad de trabajar mientras se va a clase o la crisis sanitaria que tuvimos en 2020, pueden ser factores críticos para el bienestar del estudiantado. También la preocupación por el futuro, la economía o el mercado laboral una vez acaben la universidad pueden dar lugar a cuadros de extrema preocupación y ansiedad.

Un largo camino por recorrer

Los datos anteriores dejan ver la necesidad de contar con todas las herramientas posibles para mejorar la situación del alumnado universitario. Todos los esfuerzos, tanto institucionales como sociales, deben ir dirigidos a mejorar el bienestar psicológico de la comunidad universitaria.

En esa línea, la Declaración de Bergen del Proceso de Bolonia de 2005 recogía que la gestión de los riesgos psicosociales debe formar parte de la apuesta por una educación superior de calidad. Por eso, es fundamental dotar a estos espacios educativos de medios que permitan proveer de servicios de apoyo y sensibilización sobre el bienestar emocional de los y las jóvenes en los años de universidad.

Larroy propone algunas actuaciones interesantes que podrían contribuir a una universidad más saludable:

  • Promoción/apoyo financiero de programas preventivos de trastornos psicológicos para personal y estudiantes
  • Promoción/financiación de cursos online acerca de temas relacionados con la prevención de la salud mental
  • Promoción/financiación de elaboración/difusión de material audiovisual / apps / páginas web de apoyo en distintos trastornos
  • Difusión gratuita de material de ayuda 

Por su lado, el estudio La Salud Mental en el Estudiantado de las Universidades Españolas, elaborado por el Ministerio de Universidades y el Ministerio de Sanidad, ofrece las siguientes propuestas:

  • Eliminar las barreras económicas para el estudio, para evitar que la presión “por mantener las becas se traslade al rendimiento académico”. Además, sugiere apoyar también económicamente más allá de la matrícula, como por ejemplo facilitando el acceso a los materiales necesarios para algunas asignaturas.
  • Proveer de más y mejor información, ya que, como sugiere el estudio, “(el) sentimiento de desinformación provoca malestar en su relación con la universidad”.
  • Mejorar la experiencia de usuario con respecto a la administración y la burocracia universitaria.
  • Revisar los planes de estudios, los contenidos repetitivos o el turno partido de algunos horarios, ya que “el tiempo y la sensación de pérdida de este es otro factor de malestar”.
  • Trasladar el foco de la mirada universitaria de las necesidades del profesorado a las estudiantiles.

Hacia una universidad más humana

La universitaria es una etapa de desarrollo y descubrimiento y, por ello, de una mayor vulnerabilidad. Avanzar hacia instituciones más humanas, accesibles y comprometidas con el bienestar psicológico de la comunidad debe ser una prioridad. Escuchar al estudiantado, atender sus necesidades reales y facilitarles recursos adecuados allí donde sea posible puede marcar la diferencia entre una experiencia universitaria difícil y una etapa de crecimiento integral.

Compartir: