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Qué es un MicroMaster y dónde se puede estudiar. Preguntamos a Erdin Beshimov, fundador del programa del MIT

Qué es un MicroMaster y dónde se puede estudiar. Preguntamos a Erdin Beshimov, fundador del programa del MIT

Hay expertos que advierten del riesgo de que el Open Learning convierta a la Educación Superior en un modelo fordiano de producción de cursos enlatados y máquinas expendedoras de títulos. Cuando se le pregunta sobre esto, Erdin Beshimov, fundador y director de los Bootcamps del Massachusetts Institute of Technology (MIT) y también cofundador del programa de los MicroMasters, frunce el ceño y pone en stand by su actitud entusiasta: “Creo que ese es un punto de vista cínico. ¿Cuál es la alternativa entonces?”, responde de forma retórica. “¿Qué miles de personas que no pueden acceder a la educación y que ahora disponen de esa oportunidad gracias al Open Learning se queden sin estudiar? La alternativa es mucho peor”, sentencia.

 

Este profesor de una de las universidades más prestigiosas del mundo y experto en emprendimiento e innovación es uno de los promotores de edX, una plataforma de Massive Online Open Courses (MOOC) donde instituciones como la Universidad de Columbia, Harvard, Berkley y el propio MIT, participan de un consorcio que ofrece, entre otras, titulaciones universitarias equivalentes a los créditos de un semestre de una titulación de Máster. De ahí el nombre Micro Master, término ya registrado como marca.

 

Hablamos con Beshimov, firme defensor del Open Learning como modelo que permite democratizar la enseñanza, sobre estas titulaciones, sus ventajas e inconvenientes, y sobre el futuro de la Educación Superior.

 

Para aquellos que no están familiarizados con la idea de los MicroMasters, ¿qué son exactamente?
Los MicroMasters son un tipo de diploma universitario ideado por el Massachusetts Institute of Technology (MIT) que te permite conseguir una certificación oficial a través de una plataforma de Massive Online Open Courses (MOOC) tras haber superado un curso.

 

¿De dónde sale la idea? ¿Respondía a una inquietud de los estudiantes del MIT? ¿Percibisteis que el mercado lo demandaba?

La idea de los MicroMasters fue de mi mentor en el MIT, Sanjay Sarma, quien dirige el departamento de Open Learning de la Universidad. Creo que fue una idea brillante porque la esencia que hay detrás de los Micro Masters es la de invertir el proceso de admisiones: puedes superar uno de los MicroMasters a través de la plataforma de edX y con las notas que hayas sacado en el curso, acceder al MIT. Para cuando el periodo de admisiones está abierto, la comisión que evalúa las solicitudes sabe qué tipo de estudiante eres. Puedes demostrar con esfuerzo y desde cualquier parte del mundo que perteneces al MIT. Lo que conseguimos es democratizar el proceso, democratizar el acceso. Por eso creo que es una iniciativa muy poderosa.

Lo que conseguimos es democratizar el proceso, democratizar el acceso. Por eso creo que es una iniciativa muy poderosa.

 

Una de las ventajas que más se comenta acerca de los MicroMasters es que su precio es mucho más bajo que los programas tradicionales para graduados, sobre todo en universidades como el MIT o Harvard. ¿Es esta una de las razones por las que la gente se decide a cursar uno?
En efecto, es una de las variables más importantes. Un MicroMaster, tal y como lo define el MIT, es el equivalente a un semestre de cualquier máster, supone una parte sustancial del currículo académico final y comparativamente resulta mucho más barato.

 

¿Cuál es el perfil del estudiante que decide estudiar un MicroMaster? ¿Coincide con lo que esperabais?
La plataforma en la que se encuentran los MicroMasters es la de los MOOCs, así que cualquiera puede inscribirse o matricularse. Esto se traduce en que tengamos alumnos de muchísimos países y con un abanico de edad muy amplio: desde personas que tienen ochenta años a, sorprendentemente, niños de ocho años. Es muy emocionante, porque, por lo general, los sistemas de educación tienden a agrupar a estudiantes con un perfil homogéneo –edad, región, etc.—y esto es lo bueno de la enseñanza online.

 

¿Y cómo hacéis para superar el reto que esto conlleva? Obviamente los objetivos y las expectativas de una persona de 8 años y otra de 80 no son los mismos. También es distinta la forma de aprender de alguien de China y la de otro individuo de, por ejemplo, Reino Unido; ambos vienen de un sistema educativo y de una cultura del aprendizaje diferentes.

Tenemos a miles y miles de estudiantes cursando los MicroMasters y para algunos es más accesible o fácil que para otros. Lo bueno de esta modalidad es que cualquier puede entrar y registrarse, ver en qué consiste el curso, auditarlo y valorar si está preparado o no de forma gratuita. Puede pensar: “ahora, quizá, este curso sea un poco exigente para mí, pero al menos sé a qué estándares tengo que aspirar para poder superarlo, así que voy a estudiar más duro, voy a encontrar a un profesor particular, voy a dar con una comunidad de aprendizaje que me permita alcanzarlos”.

La belleza de los micro masters es que, a pesar de que los cursos son duros, los alumnos no sienten tanta presión. Si decides apuntarte a uno y suspendes, no pasa nada, puedes volver a cursarlo. No es binario: o apruebas o suspendes. Aprendes. Eso es lo que lo hace prometedor. Y emocionante. Y creo que esta es precisamente la mejor versión de la educación: cuando pones expectativas altas a los estudiantes, desarrollas un entorno que supone un desafío para ellos, pero sin presión. Esto resulta normalmente en grandes tasas de motivación y compromiso a la hora de aprender.

Lo bueno de esta modalidad es que cualquier puede entrar y registrarse, ver en qué consiste el curso, auditarlo y valorar si está preparado o no de forma gratuita.

Si decides apuntarte a uno y suspendes, no pasa nada, puedes volver a cursarlo. No es binario: o apruebas o suspendes. Aprendes.

 

Pero aun así, las formas de aprender de alumnos tan dispares tiene que suponer cierto desafío a la hora de desarrollar el sistema, ¿no?
Algunos tipos de adaptación son necesarios, pero otro no. El MIT es una institución conocida por su rigor y por establecer unos estándares altos de lo que nosotros consideramos que tiene que ser una buena educación en disciplinas tecnológicas. Es importante para el MIT mantener esos estándares altos porque, si no, no seríamos quienes somos. Así que, sí, desarrollamos el sistema de enseñanza en base a lo que estamos descubriendo sobre Science of Leaning, comprendiendo cómo la gente aprende y creando un ambiente en el que puedan crecer, pero no podemos renunciar a esos estándares.

 

¿Qué más ventajas tiene esta titulación?
Bien, puedes cursar un MicroMaster, destacar con tus calificaciones –hay un examen final y tenemos sistemas muy efectivos que impiden hacer trampas—y después solicitar la entrada en uno de los programas universitarios del MIT o de cualquier otra institución que pertenezca al consorcio de los MicroMasters. Si consigues acceder, podrás optar al título en la mitad de tiempo y a la mitad de precio, porque ya has completado un semestre al haber cursado el MicroMaster.

 

La plataforma edX informa sobre qué es un micromaster

La plataforma edX ofrece titulaciones de las universidades más prestigiosas del mundo

 

De momento, la oferta de idiomas en los que se ofrecen los MicroMasters es bastante limitada. La mayor parte de ellos son en inglés con algunas excepciones en francés, español… ¿edX planea ampliar esta oferta?
El MIT ha hecho un gran esfuerzo en traducir distintos MOOCs a varios idiomas. Yo mismo tengo varios sobre innovación y emprendimiento que han sido traducidos a muchísimos idiomas. Entendemos que es importante y seguimos trabajando en ello. Además, sabemos que hay mucha gente que empieza un MOOC también con el objetivo de aprender un idioma.

 

¿Es cierto que son precisamente las personas que compatibilizan el estudio de un Micro Master con su trabajo los que están más comprometidos y sacan mejores notas? Un par de artículos mencionaban las estadísticas y…

Sí. Y esta reflexión es importante, porque tenemos un concepto de lo que es ser estudiante bastante limitado, normalmente ligado a personas de entre 18 y 22 años cuando están cursando un Grado o entre 18 y 25 cuando deciden estudiar algún título de posgrado. La realidad es que la mayoría de estudiantes en la Educación Superior no responden a este perfil; son adultos que ya trabajan. Si tienes un trabajo a tiempo completo, una familia, la posibilidad de dejar todo, viajar a otro país y cursar un programa como este no es factible. ¿Significa entonces que debes parar de aprender? No. Lo que quiere decir es que el sistema debe adaptarse a ti. Hay mucha gente en el mundo motivada, lista y que quiere estudiar, pero que no dispone de esa flexibilidad.

Tenemos un concepto de lo que es ser estudiante bastante limitado […] La realidad es que la mayoría de estudiantes en la Educación Superior no responden a este perfil; son adultos que ya trabajan.

 

¿Qué requisitos debe de tener una universidad para poder ofrecer un micro master a través de edX?
Tienen que ser parte del consorcio de edX. Aunque de esos estándares se encarga la propia plataforma, que es una entidad independiente… no querría responder a la cuestión en su nombre, así que lo mejor es preguntarles a ellos.

 

¿Y la titulación en sí? ¿Qué requisitos debe tener para poder aspirar a convertirse en un Micro Master?
En el caso del MIT tienen que estar ligados a un título que ya ofrezca nuestra universidad. Consideramos que los MicroMasters son un paso democrático y flexible que permiten el acceso al programa completo, si no, no tendría sentido.

 

Respecto al profesorado, ¿son docentes que trabajan exclusivamente para el programa de los Micro Masters o pertenecen al claustro del campus? Son los mismos profesores que dan clase presencial en el MIT, pertenecen al mismo departamento. Por ejemplo, en nuestro Micro Master de Desarrollo Económico, una de las profesoras es Esther Duflo, premio nobel de Economía. Ella forma parte del Departamento de Economía, da clases en el campus y también en la plataforma.

En nuestro MicroMaster de Desarrollo Económico, una de las profesoras es Esther Duflo, premio nobel de Economía.

 

Viendo la oferta de las micro titulaciones, la mayor parte de ellas abordan disciplinas que tienen que ver con Business Management, análisis de datos, informática…¿Cuándo podremos ver Micro Masters relacionados con la Medicina, la Historia, las Bellas Artes o la Arquitectura?
La pregunta al final es conceptual: “¿Qué materias se pueden enseñar online? ¿Es posible enseñar Medicina online?”. Ese es el futuro de la educación, parte de la innovación irá enfocada a responder a esa pregunta: cómo se puede crear una infraestructura en la que estudiar desde casa este tipo de materias que precisan de un conocimiento práctico sea una realidad. Hoy en día sólo es posible en el campus, pero no en el futuro.

 

Y desde el MIT, ¿se está desarrollando algún sistema para poder dar solución a esas disciplinas más prácticas?

Hay muchas iniciativas que caminan en esa dirección. Un ejemplo del que estoy muy orgulloso es el programa de los Bootcamps del MIT. Empezó con una serie de MOOCs sobre emprendimiento al que se sumaron personas de todo el mundo y comenzamos a ver que algo muy potente estaba pasando. Los alumnos no sólo lo hacían por adquirir conocimientos, sino porque querían construir una comunidad, una comunidad global, y deseaban desarrollar proyectos prácticos juntos. Desarrollamos los Bootcamps para dar respuesta a esa necesidad: uno puede estudiar el MOOC y luego solicitar participar en uno de los Bootcamps. Si resultas elegido, formarás parte con otros compañeros de otros puntos del mundo de la creación de un proyecto de emprendimiento mientras recibes el asesoramiento del profesorado del MIT.

 

Una de las preocupaciones que nos han trasladado algunos profesores, es que este tipo de titulaciones y cursos se conviertan en productos enlatados, ¿qué sistema de calidad emplea edX para que esto no ocurra?
Entiendo, pero no suscribo esa afirmación. Creo que es cínica y, además, utiliza un punto de vista nada constructivo. Hay muchas personas en el mundo que quieren aprender. A mí, que vengo del Kurdistán, si alguien me hubiera dicho que es posible cursar estudios en el MIT a través del ordenador, no lo hubiera creído. Es mágico y, ahora, es real. Mi experiencia vital no me permite compartir esa reflexión.

 

La forma en la que se ofrecen estas micro titulaciones en muchas plataformas –aunque no en edX– tira mucho del marketing y se centran más en la posibilidad de obtener un diploma de una gran universidad que en ese espíritu democrático que usted menciona. También hay reflexiones que apuntan a que su implantación se debe a una estrategia para que, ante los cambios demográficos en los países desarrollados, las universidades puedan resistir, ampliando su base de estudiantes internacionales.
Podemos observar el mundo desde dos puntos de vista: el de los sistemas y el de las personas. No podemos prestar atención al primero dejando al margen al segundo. Sí, desarrollamos sistemas que cumplen con unos estándares de calidad, pero centrarnos en esta cuestión no es suficiente. Volvamos al MIT: ya he mencionado que los profesores de nuestra universidad son referentes mundiales en sus respectivos campos. Lo que mucha gente no sabe es que son personas profunda y emocionalmente conectadas a la misión de extender y compartir el conocimiento. No me viene a la mente ningún profesor, ninguno, que pueda estar cómodo con la idea de que los Micro Masters u otras alternativas sean considerados productos procesados. Imposible.
Y lo más importante: ¿Cuál es el riesgo de no extender el conocimiento? ¿Cuál es el riesgo de que las mentes de tantas y tantas personas en el mundo no se enciendan con el conocimiento, con las ideas, con nuevas perspectivas? ¿No es ese un riesgo mayor?

 

 

¿Vislumbra un futuro en el que las empresas puedan hacer la competencia a las universidades? ¿Existe ese riesgo? Google, por ejemplo, ya ha manifestado que le gustaría expedir sus propias titulaciones oficiales. No, no creo que sea un riesgo. Ofrecer conocimiento y formación es ser capaz de hacer encajar un puzle bastante complicado y sofisticado. Las empresas tendrían muchas dificultades si quisieran sacar un modelo parecido. Puede que para algunos casos concretos, como precisamente Google, conocido por el poder de su perfil tecnológico y por la excelencia de sus trabajadores, sí que sea posible. Serían un puñado.

Ofrecer conocimiento y formación es ser capaz de hacer encajar un puzle bastante complicado y sofisticado. Las empresas tendrían muchas dificultades si quisieran sacar un modelo parecido.

 

¿Cómo se prepara el MIT para esa afirmación de que el xx% de los trabajos en los que la generación Z trabajará no sabemos cuáles son?
En MIT el principal rasgo que intentamos sacar de nuestros alumnos es la confianza en sí mismos. Esa confianza se basa en la seguridad que uno tiene en su propia capacidad para aprender cosas nuevas. Los estudiantes se gradúan con esta idea tan importante: aquello que no sé, puedo aprenderlo. ¿No es esa la mejor educación que se puede dar para un futuro incierto?
¿Y cómo logramos esto? Primero, los estudiantes saben que para poder aprender necesitan tiempo y dedicación. Segundo, interiorizan la importancia de la comunidad: trabajan en grupos de estudio, resolviendo problemas juntos. Esta capacidad de colaboración es la otra variable en la ecuación sobre cómo generar este tipo de confianza en uno mismo.

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