El Global Women’s Report, que cada año publica GEM (Global Entrepreneurship Monitor) sobre la situación de la mujer emprendedora, recoge dos circunstancias vitales como principales catalizadores para que una persona decida emprender: la necesidad y la oportunidad. En los países del entorno europeo sólo el 20% de las mujeres afirmaron haber iniciado un proyecto por necesidad; el 80% restante lo hizo por vislumbrar oportunidades en el mercado.

Sin embargo, los datos que arroja sobre aquellos países que tienen una mayor renta per cápita, como los que se encuentran en la órbita europea, son llamativos: las mujeres suponen un 6% del total de emprendedores, por debajo de la media global (un 10,2%), mientras en el continente africano o en la región latinoamericana alcanzan el 21,8% y 17,3% respectivamente. A esto hay que sumar otra variable que recoge el informe: en esos países con un mayor nivel de ingresos, las mujeres con titulaciones superiores tienden a ser menos emprendedoras.

Fuente: GEM annual report

Además, la tasa de emprendimiento por parte de las mujeres europeas ha descendido un 7%. Por ello, los programas de formación que ofrecen numerosos colegios mayores son clave para ir sentando los cimientos de un espíritu emprendedor en las universitarias. Porque la oportunidad también está relacionada con la cultura empresarial que les rodea.

Hoy hablamos con Patricia Halcón, responsable del proyecto ‘Work It’ en el colegio mayor femenino Alborán, en Sevilla, que busca generar aquellas competencias necesarias para que las jóvenes quieran lanzarse a la piscina, comenzar una start-up, ir a por esos business angels y, quién sabe, formar parte del Club del Unicornio.

¿En qué consiste el programa ‘Work It’?

El objetivo es que las jóvenes adquieran competencias transversales que les sirvan para su desarrollo personal y profesional, que se trabajen, tal y como dice el nombre del proyecto. Tiene un año de duración y consta de una parte teórica que supone el 80% del programa y otra práctica, el 20% restante. Cada miércoles reciben una conferencia por parte de expertos en distintas materias, encuentros que tienen un verdadero carácter inspirador, y también se les proponen distintas tareas: presentaciones en público, asistencia a eventos representando al colegio mayor, mentoring, desarrollo de iniciativas de voluntariado, etc.

¿Cómo surge?

Viendo las carencias que tiene el sistema actual y las demandas de la sociedad. En la universidad no adquieren estas herramientas. En el colegio mayor estamos en contacto con profesores de la Universidad de Sevilla que nos van asesorando sobre cómo complementar su formación académica con otro tipo de competencias.

¿Qué tipo de competencias transversales adquieren?

Habilidades comunicativas, liderazgo, compromiso social y trabajo en equipo, inteligencia emocional, resiliencia, y, sobre todo, confianza en ellas mismas.

¿Qué disposición tienen las jóvenes de hoy en día respecto a cuestiones como el emprendimiento?

Poco inquietas en este sentido. Tienen entre 18 y 20 años, y están más concentradas en sacar buenas notas que motivadas para desarrollarse en ese plano. Lo que intentamos es sentar las bases para que, en el futuro, si quieren, tengan las herramientas.

¿Y sus referentes? ¿Qué referentes suelen tener?

Están muy perdidas en cuanto a modelos. Vemos una gran necesidad emocional de formar parte del grupo y de ahí que sus principales referentes sean influencers que les permiten interactuar y forjar esos lazos de pertenencia que buscan. Los encuentros de los miércoles les permiten abrirse a otros personajes relevantes que reúnen aquellas cualidades que realmente les acompañan durante toda su vida.